Mayo es el último mes de otoño, una época para realizar muchas tareas en el jardín que no deben quedar para última hora, cuando comiencen a manifestarse drásticamente los signos del invierno. El jardín ya empieza a mostrar señales de la llegada de la próxima estación: las temperaturas van en franco descenso y el alimento empieza a escasear. Es un mes para la contemplación y la planificación de su jardín. Ahora puede empezar a pensar en los proyectos que realizará en la próxima temporada.
Se recomienda que en esta fecha se continúe con las labores de recolección de frutas y hojas caídas, para evitar enfermedades e impedir que insectos indeseables las utilicen para hacer sus nidos. Si algo caracteriza la fase terminal del otoño es la acumulación de hojas sobre el suelo. Por ningún motivo deben quemarse. De hacerlo, no solamente contribuiremos a la contaminación ambiental, evitaríamos también la benefactora acción de los miles de millones de microorganismos que transforman los tejidos vegetales en componentes nutritivos. Por tanto, se recomienda valorar mejor y aceptar esta auténtica "herencia del otoño", y buscar un lugar donde enterrar hojas y desechos orgánicos biodegradables.
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